Las propiedades físicas de una sustancia son el
resultado de su estructura química interna, y sus constantes físicas (punto de
fusión, punto de ebullición, color, índice de refracción, densidad, etc.)
reflejan el grado de pureza e identidad de la misma.
El punto de fusión de un sólido cristalino es la
temperatura a la cual una sustancia pasa del estado sólido al estado liquido,
es decir, se funde. Esta constante es propia de cada sustancia. Las sustancias puras
tienen generalmente puntos de fusión precisos, pero en la presencia de
impurezas el punto de fusión se ve disminuido, o darse en una franja, es por
ello que determinar el punto de fusión puede utilizarse como criterio de pureza
de sustancias solidas.
Uno de los aparatos más utilizados en la determinación
del punto de fusión de una sustancia es el tubo de Thiele.
El primero se basa en el calentamiento directo
del tubo de Thiele que contiene un líquido el cual, por convección, calentará indirectamente
la sustancia, a determinar el punto de fusión, contenida en un capilar y la
llevará hasta fundición. El dispositivo llevan anexo un termómetro que medirá la
temperatura a la cual se fundirá la sustancia.
Primero, se fundió y selló un extremo de un tubo
capilar, utilizando para ello un mechero. Luego, se llenó el capilar (1 cm
aproximadamente) con la muestra previamente pulverizada, de tal manera que la muestra
quedara compacta. Después, utilizando el capilar anterior unido a un termómetro
mediante una liga (1), se introdujo en un tapón de teflón y éste en un tubo de
Thiele (2), que contenía el líquido del baño (agua para sustancias con un punto
de fusión inferior a 100 ºC, aceite para sustancias con un mayor punto de fusión),
formando
un dispositivo (3) que se calentó con mechero sobre un soporte universal; como
se muestra en siguiente figura: